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El aumento de las temperaturas y la escasez de agua han aumentado la frecuencia y la gravedad de los desastres relacionados con el clima. El calentamiento de los océanos y los desastres relacionados con el agua han aumentado el riesgo de migración para los grupos de bajos ingresos. Además, las personas que viven en regiones inestables no cuentan con los recursos y la infraestructura necesarios para adaptarse a estos peligros. Los efectos del cambio climático afectarán a las personas de diversas maneras, pero estos efectos adversos los sentirán de manera desproporcionada los más vulnerables.
Los migrantes pueden ayudar a reducir su vulnerabilidad a los peligros relacionados con el clima estableciendo nuevas oportunidades de medios de vida y diversificando los flujos de ingresos. Al trasladarse a un área menos susceptible a los riesgos relacionados con el clima, los migrantes pueden ayudar a desarrollar la economía local, mejorar sus estándares de vida y aumentar la resiliencia de su comunidad al cambio climático. A medida que regresan a casa, también pueden ayudar a las comunidades a hacer frente a los efectos del cambio climático proporcionando nuevas habilidades y tecnologías al área.
Falta de una estrategia multilateral para abordar este problema
La falta de una estrategia multilateral para abordar la crisis de la cadena alimentaria de los refugiados y el cambio climático exacerba el problema humanitario al tiempo que empeora las condiciones de vida ya tensas. En algunas regiones, los recursos naturales son cada vez más escasos y los cultivos y el ganado luchan por crecer en tales situaciones. Como resultado, el desplazamiento inducido por el clima puede potencialmente empeorar las tensiones existentes y conducir a una escalada del conflicto.
La falta de una estrategia multilateral global para abordar el cambio climático y la inseguridad alimentaria está interconectada, y la seguridad alimentaria está en el centro de la base de la estabilidad y la paz. La interconexión de la seguridad alimentaria exige el multilateralismo y la cooperación de múltiples partes interesadas para abordar ambos problemas. Sin esto, nuestro sistema alimentario global estará aún más tenso, con consecuencias potencialmente desastrosas.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha reconocido el vínculo entre el conflicto y la inseguridad alimentaria, ya que los países afectados por conflictos armados tienen seis veces más probabilidades de experimentar hambruna. El conflicto destruye la infraestructura civil necesaria para producir alimentos, utilizando el hambre como arma de guerra. Además, la pandemia de COVID-19 exacerbó estos desafíos. La comunidad internacional debe tomar medidas para garantizar el acceso humanitario a las zonas en conflicto y hablar con una sola voz sobre la seguridad alimentaria.

Implicaciones legales para los refugiados
La creciente frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos ha dado lugar a una nueva definición de la condición de refugiado: personas obligadas a huir de sus hogares por agresión externa, dominación extranjera o eventos que alteran el orden público. Tales eventos son una causa importante de desplazamiento y tienen implicaciones legales importantes para los refugiados. La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y la Declaración de Cartagena sobre Refugiados han argumentado que los desastres relacionados con el clima pueden dar lugar a nuevas categorías de refugiados.
Además de desencadenar el desplazamiento, el cambio climático también exacerba las condiciones existentes y obstaculiza el derecho al retorno de las personas desplazadas. Las personas ya desplazadas a menudo viven en “puntos críticos” donde es probable que ocurran desastres relacionados con el cambio climático. Estas condiciones son particularmente desafiantes para la producción de alimentos y los medios de vida, lo que hace que su retorno sea más desafiante. Como resultado, los refugiados también están sujetos a un desplazamiento secundario debido a las condiciones ambientales y al mayor riesgo de conflicto.

Impactos del aumento de la temperatura en el agua
Los impactos del cambio climático ya se sienten. Los países más ricos han emitido más gases de efecto invernadero durante años, pero no han logrado limitar las consecuencias. En unos pocos años, muchas partes del mundo pueden ser inhabitables y no rentables. Debido a las presiones ambientales, cientos de millones de personas podrían verse obligadas a migrar. Entre los impulsores clave de tal movimiento de población estará el agua. El aumento del nivel del mar y la escasez de agua alterarán drásticamente la relación entre el agua y la sociedad. El inicio del cambio climático también provocará inundaciones y sequías más frecuentes e intensas, el derretimiento de los glaciares y cambios en la temporada de deshielo.
Las áreas afectadas en el mundo en desarrollo son las más vulnerables al cambio climático, y el aumento de las temperaturas y la sequía afectarán las áreas costeras bajas y las áreas agrícolas. Al mismo tiempo, se pronostica que las regiones húmedas y subhúmedas, incluido el sudeste asiático, sufrirán más por el aumento de las temperaturas. Además de aumentar la escasez de agua, estos cambios conducirán a una despoblación acelerada en las áreas afectadas, lo que desencadenará una mayor migración a las áreas urbanas.
El aumento de las temperaturas y el cambio climático también aumentarán la frecuencia de inundaciones y sequías. Si bien el cambio climático no provoca fenómenos meteorológicos específicos, tiene el potencial de intensificar los efectos de los desastres naturales. Si bien muchas personas desplazadas tienen la oportunidad de regresar a sus hogares, la situación es mucho más difícil para quienes viven en zonas vulnerables, que ya lo son. El cambio climático abrumará los servicios públicos y obligará a cientos de millones de personas a trasladarse.